159- El precio de la paz

El precio de la paz

Se dice que se debe pagar cualquier precio por la paz, (incluso el precio de una guerra?); se dice que la guerra es un esfuerzo de los hombres hacia la paz(la paz de los cementerios?). Se dice que la guerra NO termina cuando terminan los disparos(tan solo cambian los métodos de dominación?[sabía usted que la mayoría de instalaciones portuarias del mundo están en manos de los árabes?]). Qué tan bien comprendemos la lógica INTERNA de la paz? Entendemos que la paz tiene sus propias causas? Cómo es posible que queremos paz pero evadimos/eludimos/rechazamos cualquier autoridad y defendemos las drogas los casinos y el aborto? O con sus inconfesables vidas secretas pagando por sex o cazando pornografìa gay o peor aún, porno infantil. Existirá algún gay que NO sea lujurioso? Existirán asociaciones pro derechos de la mujer sin lesbianas en su seno?[la lesbiana NO se define estrictamente como mujer] Se ha preguntado el porqué los miles de reformas educativas NO han reducido el crimen sino todo lo contrario? ¿Es que acaso se debe a que NADIE tiene las agallas para tratar de INTENTAR educar al verdadero catedrático llamado Hollywood Y a los medios que dan detalles innecesarios para que los aprendan los delincuentes? Porqué llaman "buena pelicula" a producciones que en ningún sentido hacen que la persona se vuelva a una vida de espiritualidad genuina? ¿Es que acaso los policías salen a las callejuelas a buscar la delincuencia que NO está ahí sino en la mente de las personas en forma de indiferencia/rechazo a la autoridad? El premio Nóbel Rabindranah Tagoré decía que "Donde no hay co-existencia es que hay co-destrucción". ¿Es que está llegando la hora de aceptar un metalenguaje que hablemos todos? Desearía que el lenguaje bíblico usado acá NO le impida encontrar el dato que, si lo revalidamos mañana en el diario vivir, acaso nos salve la vida.

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El precio de la paz

Tantos han pagado el precio supremo en la guerra.
Pero ¿estamos dispuestos a pagar el precio de la paz?
¿Q ué clase de esfuerzo se requiere para ganar una guerra? La mayoría de nosotros no nos detenemos a pensar en el tremendo esfuerzo que se requiere. Los dirigentes militares asisten a un colegio militar como mínimo cuatro años. Miles de civiles se convierten en soldados, teniendo que recibir una exhaustiva instrucción en el arte de la guerra.

Cada año se gastan sumas ingentes en instrucción, equipo, armamentos, materiales de guerra, instalaciones militares, etc. Esto desvía una tremenda cantidad de energía, dinero y recursos de otros esfuerzos productivos (tales como la salud, la educación y la lucha contra la pobreza). Se requiere muchísima planeación y estrategia antes de librar una batalla real. Toda esta actividad finalmente conduce a un combate real donde un soldado le apunta su arma a otro humano con la intención de matarlo y destruirlo.

Hacer la guerra es costoso y destructivo. Notemos lo que dice la Encarta Online Encyclopedia ("Enciclopedia Encarta por Internet") acerca de la segunda guerra mundial: "Las estadísticas básicas de la segunda guerra mundial la clasifican como la guerra más grande de la historia en lo que se refiere a recursos humanos y materiales gastados. En total participaron 61 países con 1.700 millones de personas, tres cuartas partes de la población mundial. Un total de 110 millones de personas fueron movilizadas para el servicio militar . . . En términos de dinero gastado, se ha calculado en más de un billón de dólares. El costo humano, sin incluir más de 5 millones de judíos sacrificados en el Holocausto . . . se estima haber sido 55 millones de muertos, de los cuales 25 millones fueron militares y 30 millones fueron civiles . . ."

¿Cuántas vidas fueron destruidas por esta guerra? ¿Cuántas familias fueron separadas? ¿Cuántos matrimonios fueron destruidos? ¿Cuántos hijos e hijas no tuvieron la oportunidad de llegar a la madurez y llevar vidas productivas? ¿Cuántas personas fueron desplazadas por la guerra? El costo en sufrimiento humano fue asombroso.

Se ha estimado que de los aproximadamente 6.000 años que el hombre ha estado sobre el planeta Tierra, no ha habido guerra en menos de 300 años. Sin embargo, durante esos períodos el hombre estaba probablemente preparándose para la guerra. Dios inspiró al profeta Isaías a escribir: "No conocieron camino de paz" (Isaías 59:8). La historia del hombre confirma esto.

El apóstol Pablo repitió esta declaración en Romanos 3:17. Es un principio universal que se aplica a todas las naciones. Caín mató a Abel y la humanidad siguió ese patrón desde entonces.

La paz exige esfuerzo
¡La mayoría de las personas no se dan cuenta de que hacer la paz es más difícil que hacer la guerra! En realidad uno tiene que hacer la paz para poder tenerla. Las bienaventuranzas de Mateo 5 son requisitos previos para el Reino de Dios. Mateo 5:9 declara: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios".

Jesucristo explica con claridad que cada uno de nosotros tiene la comisión de convertirse en pacificador. Podemos pensar esto se aplica sólo a otras personas, pero todos nosotros necesitamos aplicarlo a nosotros mismos.

Notemos cómo Pablo hace hincapié en la paz en Efesios 4:1-3: "Yo . . . os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz".

La palabra solícitos es la palabra clave. En griego significa "esforzarse, ser diligentes". Tenemos que trabajar por la paz; debemos hacerla nuestro objetivo y hacer todo lo que podamos por producirla. Nosotros cantamos uno de los salmos que ilustra este principio: "Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela" (Salmos 34:14). Debemos buscar la paz.

¿Cómo podemos hacer la paz con nuestro cónyuge, patrón, amigos, enemigos y las personas en la iglesia? Debemos poner nuestra mira en el Príncipe de Paz. Isaías 9:6-7 dice: "Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite . . ." No tendrá límite la paz una vez que su reino sea establecido. Habrá paz con juicio y justicia.

¿Por qué a Jesús se le llama Príncipe de Paz? Isaías 53:4-5 nos da la respuesta: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".

Jesús hizo posible que nosotros seamos reconciliados con el Padre (que estemos en paz con Dios) y aprendamos a vivir en paz con nuestro prójimo. Su vida mostró que él estaba siempre dispuesto a pagar el precio de la paz. ¿Lo estamos nosotros?

El precio de la paz
La mayoría de la gente no se da cuenta de que la paz tiene un precio. Sabemos que la guerra tiene un precio. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de la paz? ¿Cuál es el precio? Es el estar dispuesto a sufrir una pérdida inmerecidamente.

Sufrir una pérdida es repugnante a la naturaleza humana. La naturaleza carnal se enfoca en el yo, en nuestras necesidades y deseos egoístas. Esta es una de las principales razones por las que algunas veces tenemos contiendas, resentimientos e incluso división entre los hermanos de la iglesia.

La paz es mucho más que la ausencia de la guerra. Baruch Spinoza, filósofo holandés del siglo 17, hizo la siguiente observación: "La paz no es la ausencia de la guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición para la benevolencia, la confianza, la justicia". La paz es un fruto del Espíritu Santo. Es parte de la naturaleza de Dios. El autor John Andrew Holmes una vez dijo: "Sí, nosotros amamos la paz, pero no estamos dispuestos a recibir heridas por ella, como lo estamos por la guerra".

Muchas personas se han sacrificado al máximo por la guerra. Muchos soldados han regresado a casa físicamente mutilados. ¿Estamos dispuestos a esforzarnos al máximo por hacer la paz? Santiago 4 muestra que las guerras vienen de nuestras pasiones, de nuestros malos deseos. La historia del hombre está repleta de malas acciones, con los fuertes despojando a los débiles, con cada uno procurando su propio bien en lugar de ser guarda de su hermano.

Sufrir el agravio
Notemos los ejemplos bíblicos que nos hablan sobre sufrir el agravio. En 1 Corintios 6:6 Pablo nos habla de miembros que estaban dispuestos a todo con tal de obtener lo que ellos querían: "El hermano con el hermano pleitea en juicio, ¡y esto ante los incrédulos!" Notemos la amonestación de Pablo para un arreglo pacífico en el versículo 7: "Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?"

Ellos no estaban dispuestos a sufrir el agravio como Jesucristo lo estuvo en su vida y en su muerte. Notemos las palabras inspiradas de Pablo en Filipenses 2:5-7: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres".

Cristo tenía los derechos y privilegios de Dios antes de su nacimiento humano. Él había coexistido con el Padre eternamente. Él no se aferró a los privilegios de Dios, sino que estuvo dispuesto a sufrir el agravio por su amor por nosotros.

Se menciona otro ejemplo en Génesis 13:7-9. Había una contienda entre los siervos de Abraham y Lot. No se menciona de quién era la culpa. Probablemente nadie la tenía. La tierra no podía sostener las manadas de ambas familias. Abraham estuvo dispuesto a permitir que se aprovecharan de él. Le dio a Lot la oportunidad de escoger dónde establecerse. Lot escogió la región más fértil. Abraham permitió esto a fin de tener paz.

Notemos la amonestación de Pablo en Colosenses 3:12-13: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la misma manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros". Somos amonestados a soportarnos unos a otros y a perdonarnos unos a otros. Continuando con los versículos 14 y 15: "Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en su solo cuerpo; y sed agradecidos".

La palabra griega traducida como gobierne en el versículo 15 significa "intermediar o arbitrar, ser un árbitro o decidir, determinar". La paz de Dios debe actuar como un árbitro en nuestras mentes y corazones.

Algunas veces cuando hay una disputa entre los obreros y la gerencia, el caso es presentado ante una junta de arbitraje. El árbitro tiene la responsabilidad de decidir el caso. En la mayoría de las situaciones ambos lados tienen que ceder algo para llegar a un acuerdo. Puede ser que la gerencia tenga que pagar un salario más alto del que originalmente pretendía pagar. Puede ser que los obreros tengan que aceptar menos de lo que ellos querían. Ambos están sufriendo un agravio para guardar la paz.

En 1 Corintios 9:1-15 Pablo explicó que él tenía ciertos derechos como siervo de Dios. Podía haberse casado. Podía haber recibido apoyo financiero de la iglesia de Corinto, pero no lo hizo. No exigió sus derechos. Nosotros vivimos en una era en la que todos exigen sus derechos. Pablo estaba dispuesto a sufrir el agravio para servir.

Es conforme a la naturaleza humana devolver el mal a aquellos que nos agravian. Ellos reciben el nombre de enemigos. Queremos que sufran un agravio parecido. Pero notemos lo que Jesús dijo en Mateo 5:43-45: "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos . . ." Jesús explica que debemos preocuparnos por nuestros enemigos y debemos amarlos. Debemos hacerles bien. Debemos ser una luz a este mundo.

La paz es un atributo de la familia de Dios (Gálatas 5:22). Es un fruto del Espíritu de Dios. También es un atributo de su iglesia. En 1 Corintios 14:33 leemos: "Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos". Dios es el autor de la paz. Satanás es el autor de la guerra.

El futuro
Jesucristo viene pronto para traer paz a todo el mundo. Él está llamando a unos pocos para que aprendan a hacer la paz ahora y lo asistan durante el Milenio (Apocalipsis 5:10; Isaías 2:2-4).

Nosotros seremos usados por Dios para traer la paz a este mundo desgarrado por la guerra. Las naciones ya no aprenderán la guerra. Todos los fondos y recursos serán dedicados a traer la paz al mundo.

La paz es mucho más que la ausencia de la guerra. En el Milenio, nosotros seremos los maestros y los ejemplos de la verdadera paz. Como dijo Jesús: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios".

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Nunca dejemos de soñar, eso es lo más relevante; porque el futuro nos pertenece a todos los soñadores!

"Lo único que se necesita para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada" (Edmund Burke)

Alienación: definición: estado del sujeto durante el cual está fuera de si mismo, volviéndose extraño con respeCto de la realidad a la que pertenece" (la causa de la alienación es al parecer el sistema basado en la propiedad privada, y la absoluta ausencia de valores genuinos).

Arte Poética: Poesía, perdóname por haberte hecho comprender que no estás hecha sólo de palabras (Roque Dalton, El Salvador)

Buscar la justicia es obedecer COMO lo hacía Jesús : Quienes se rehusan a obedecer COMO Él lo hacía [exceptuando circuncidarse y sacrificar animales para Dios], ponen en duda su método y lo hacen mentiroso. [Juan 3:36 (La Biblia de las Américas) 36: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.]

Si quieres que Dios te oiga, escucha Y ENSAYA primero lo que Dios dice, pues Él habló primero, y si quieres escuchar lo que te falta oir, Escucha y practica lo que YA te dijo.
Si una enseñanza se puede practicar de dos formas diferentes; un creyente genuino practicará la que es MÁS CONSECUENTE O QUE CONCUERDA MÁS con la actuación del Cordero; exceptuando circuncidarse o sacrificar animales para Dios.